La fusión
En algún momento hemos comentado que no hay ninguna diferencia fundamental, en cuanto a la composición, entre pastas, vidriados o engobes. La diferencia más importante es la fusión en el horno. Los vidriados se funden, mientras que las pastas cerámicas o los engobes, no llegan a hacerlo. Cuando se describió el proceso de maduración de las pastas, aprendimos qué es la sinterización. Estas etapas previas a la fusión, también suceden a los vidriados, pero estos van más allá, hasta la fusión.
Vamos a recordar las etapas que van pasando los materiales cerámicos en el horno, pero esta vez hasta el final del proceso, hasta la fusión. En primer, lugar se pierde el agua física que contengan las diversas materias primas, ya que el vidriado se aplica como una suspensión en agua, y ese agua debe evaporarse del todo, proceso que no acaba hasta una temperatura ligeramente superior a los 100ºC. Después, a temperaturas superiores, se van sucediendo una serie de fenómenos que van desde la descomposición de la materia orgánica hasta la transformación química de las diversas sustancias que componen el vidriado, por ejemplo, las arcillas y otras sustancias pierden el agua química, los carbonatos se transforman en óxidos con desprendimiento de CO2, y también pueden transformarse y recombinarse algunos silicatos. A estas temperaturas, alrededor de los 1000ºC, ya tiene lugar la sinterización de algunas pastas. Este es un fenómeno complejo, como vimos, que implica reacciones en estado sólido y cierta cantidad de sustancias líquidas fundidas, que es mayor cuanto más elevada es la temperatura de maduración de la pasta. Después de estos fenómenos, que en el caso de las pastas cerámicas implicarían la formación de una sustancia muy dura y resistente, y significa el final de la cocción, si seguimos aumentando la temperatura, la cantidad de fase líquida aumenta y, cuanto mayor es la cantidad de líquido, con más facilidad se va disolviendo la parte sólida en el fundido. Aquí podemos comentar la importancia de la granulometría fina de las sustancias que componen el vidriado, ya que podemos imaginar esas sustancias sólidas que se disgregan en la masa fundida como un tronco que se quema en la chimenea, es decir, cuanto mayor sea el volumen de la partícula, más tiempo va a necesitar para disolverse completamente en el fundido, pero si el tamaño de partícula es muy fino, la disolución se facilita bastante.
Al estudiar los vidriados, se suele considerar como un punto de partida adecuado el vidriado transparente y brillante. Este tipo de vidriado, se dice que tiene una “composición equilibrada” para su temperatura de cocción, lo que significa que todas las sustancias que componen el vidriado se funden totalmente a la temperatura de maduración y, además, tras el enfriamiento, permanece una sustancia lisa y homogénea o, lo que es equivalente, brillante y transparente. En un vidriado de este tipo, la fusión se ha completado, es decir, no ha quedado nada sin disolverse en el fundido y, además, la composición es tal que durante el enfriamiento el vidriado conserva el carácter homogéneo que alcanzó con la fusión completa. Pero, como podemos imaginar, las cosas no ocurren siempre de la misma manera, ya que entonces, la variedad de los vidriados se quedaría reducida a la mínima expresión. Lo que, desde un punto de vista teórico, son “desequilibrios en la composición del vidriado”, origina que el resultado de la fusión no sea transparente y brillante, sino toda la variedad de resultados más o menos opacos, más o menos brillantes, con diferentes texturas superficiales, etc.
La casuística de los vidriados ya hemos mencionado que es inabarcable. Aquí vamos a comentar los resultados más conocidos en relación con el producto de la cocción. Por ejemplo, están los vidriados transparentes coloreados. En ese caso, el agente colorante conserva identidad propia dentro del vidriado fundido y solidificado pero no altera la homogeneidad del mismo, permitiendo a la luz atravesarlo y reflejarse en la pasta sobre la que se aplicó, sin embargo, este agente colorante absorbe ciertas longitudes de onda, lo cual produce un color resultante en el vidriado; otro caso sucede cuando la composición del vidriado está saturada de algún óxido. Aquí puede ocurrir como al disolver azúcar en agua, que podemos echar azúcar hasta que saturamos la disolución, pero si entonces calentamos la mezcla podemos seguir disolviendo azúcar en ella, sin embargo, durante el enfriamiento el exceso de azúcar va a cristalizar produciendo una sustancia heterogénea. Esto mismo ocurre en los vidriados y, además, puede suceder de formas diversas, con resultados también diversos, algunos de los cuales ya los vimos cuando tratamos los mecanismos de opacidad; otra variable, es la viscosidad del vidriado fundido. Hay vidriados que son muy fluidos en la fusión, hasta el punto de escurrir hacia abajo por las paredes del cacharro, mientras que otros forman un fundido muy viscoso, hasta el punto de que cualquier textura que hubiese sobre el vidriado crudo, se conserva tras la cocción. En este aspecto tiene bastante influencia la proporción de alúmina en el vidriado.
Hasta ahora hemos asumido, sin hacernos demasiadas preguntas, que las cosas se funden al elevar la temperatura, pero si nos preguntamos por las temperaturas de fusión de las diversas sustancias que componen los vidriados, el hecho de que estos realmente lleguen a fundirse, puede resultar bastante sorprendente. Por ejemplo, si nos fijamos en las temperaturas fusión de tres óxidos corrientes en cerámica, SiO2 (1710ºC), Al2O3 (2072ºC) y CaO (2572ºC), lo razonable sería creer que una combinación de estos óxidos nunca puede llegar a fundir a las temperaturas habituales en cerámica. Por otra parte, resulta sorprendente que el CaO, que es un fundente, tiene la temperatura de fusión más elevada de los tres. Estos fenómenos algo extraños, se explican a partir del concepto del eutéctico, que es bastante útil para ayudarnos a comprender la fusión de los vidriados.
La mayoría de materiales utilizados en cerámica son cristalinos y cambian de estado sólido a líquido al calentarlos a una temperatura conocida como "punto de fusión". Esta relación entre estado de agregación y temperatura es bastante simple cuando se trata de sustancias cristalinas puras y, en tal caso, el punto de fusión es la única temperatura en la que coexisten en equilibrio las fases sólida y líquida. A temperaturas inferiores solo existe sólido y a temperaturas ligeramente superiores solo existe líquido.
Cuando mezclamos varias sustancias cristalinas diferentes, como es habitual en cerámica, el comportamiento de la mezcla es diferente. Cambia el punto de fusión y también el equilibrio entre fases. Para tratar de entender lo que sucede nos apoyaremos en el siguiente gráfico que describe la mezcla de dos compuestos cristalinos puros. En el eje horizontal se varía la proporción entre los dos componentes de la mezcla y en el eje horizontal se representa la temperatura. Ta y Tb representan los respectivos puntos de fusión de las sustancias A y B. Al calentar una mezcla de A y B, el punto de fusión se indica por la línea "LIQUIDUS LINE".
En este ejemplo, la composición 40% de A y 60% de B tiene el punto de fusión más bajo y se conoce como "mezcla eutéctica", y la temperatura de fusión de la mezcla Te es la "temperatura eutéctica" del sistema A-B. Te será siempre una temperatura inferior a Ta y Tb para cualquier par de sustancias cristalinas puras A y B y es la temperatura mínima a la que funde la mezcla entre A y B. Un hecho interesante es que para cualquier proporción de mezcla entre A y B, cuando se alcanza la temperatura Te comienza a aparecer fase líquida. De hecho, a cualquier temperatura por encima de la temperatura eutéctica pero por debajo da la LIQUIDUS LINE en la proporción de mezcla que tengamos, en el equilibrio, tendremos una fase líquida más cierta cantidad de la sustancia A o B dependiendo de si la proporción de la mezcla esta a la izquierda o a la derecha de Te, respectivamente.
Como ejercicio, trata de explicar la composición en el equilibrio de las dos mezclas que aparecen en el siguiente gráfico en los diversos puntos dados en cada caso:

En verdad las cosas son algo más complicadas que lo descrito, ya que al mezclar dos sustancias y aumentar la temperatura con frecuencia se forman nuevos compuestos por la combinación de las sustancias originales, de modo que ya no se trata solo de la mezcla de dos sustancias sino que debemos tener en cuenta los compuestos que se forman. Por ejemplo, en el siguiente gráfico se representa el caso en que al mezclar las sustancias X e Y se forma un nuevo compuesto XY. En tal caso, habría más de una temperatura eutéctica debido a la aparición de la nueva sustancia.

Hasta aquí nos hemos limitado a combinaciones de dos sustancias pero una típica receta de vidriado tiene al menos tres: fundentes, alúmina y sílice. Para representar los equilibrios de fase de tres componentes se utilizan los diagramas triaxiales. Por ejemplo, cualquier punto en el interior del siguiente diagrama triaxial representa una proporción de la mezcla CaO/Al2O3/SiO2.

Las temperaturas que aparecen son las temperaturas de fusión de las correspondientes mezclas de los tres compuestos. En los vértices del triángulo figuran las temperaturas de fusión de los óxidos puros. De los eutécticos que se forman, el de menor temperatura corresponde a la fórmula CaO·0,348Al2O3·2,490SiO2 que, expresado en % para poder visualizarlo en el diagrama es 23,3%CaO; 14,7%Al2O3; 62,2%SiO2. Las composiciones de los otros eutécticos mostrados son:

Una receta más razonable incorporaría algún componente más. Por ejemplo, si añadimos K2O la menor temperatura eutéctica es 950ºC y le corresponde la siguiente fórmula Seger:

Sin embargo, al incluir cuatro sustancias no hay una forma sencilla de representar un diagrama de equilibrio de fases.
Como conclusión, los diagramas de fases nos indican que cuando mezclamos diversas sustancias las temperaturas de fusión dependen de equilibrios delicados y es posible, por ejemplo, que al aumentar la proporción de una sustancia refractaria disminuya la temperatura de fusión de la mezcla, si con ello nos acercamos hacia el eutéctico o, al contrario, que aumentando algún fundente se incremente la temperatura de fusión, si ya estábamos en las proximidades de la temperatura eutéctica. Otra consecuencia es que si sustituimos una pequeña cantidad de alguna sustancia que figura en gran cantidad en nuestro vidriado por otra sustancia diferente, lo normal es que disminuya la temperatura de fusión de la mezcla.
Finalmente, como curiosidad veremos el diagrama triaxial más exacto de la mezcla CaO/Al2O3/SiO2 que se introdujo más arriba.
